Publicado el : 26/01/2023 10:19:54
Categorías : Últimas noticias
La movilidad reducida puede ser causada por una variedad de condiciones, incluyendo lesiones, enfermedades crónicas y discapacidades. Los pacientes con movilidad reducida pueden requerir una asistencia adicional para realizar tareas cotidianas puesto que pueden ser más vulnerables a lesiones y caídas. En este sentido, los cuidadores juegan un papel importante a la hora de garantizar que estas personas reciban la atención y el cuidado adecuados. Sin embargo, pueden cometer algunos errores comunes al tratar a pacientes con esta afección. A continuación exponemos algunos de los fallos más frecuentes y los consejos para evitarlos en la medida de lo posible:
1. No proporcionar suficiente apoyo. Los pacientes con movilidad reducida pueden requerir apoyo adicional para realizar acciones cotidianas, como el simple hecho de caminar o sentarse. Es importante que los cuidadores proporcionen el apoyo adecuado para evitar lesiones y caídas desafortunadas. Esto puede incluir el uso de herramientas adicionales, como muletas o sillas de ruedas, y la supervisión cercana durante las actividades diarias.
2. No comunicarse adecuadamente. Puede parecer lógico, pero realmente la comunicación es clave para garantizar que los pacientes con movilidad reducida reciban el trato adecuado. Es importante que los cuidadores escuchen atentamente las necesidades y preocupaciones del paciente y respondan de manera clara y comprensible. Es necesario también que los propios profesionales se comuniquen entre sí para garantizar que la persona en cuestión recibe una asistencia continua y coherente con su caso.
3. No respetar la privacidad y la dignidad del paciente. Las personas con movilidad reducida pueden sentirse vulnerables, especialmente las adultas, al requerir ayuda adicional en el momento de realizar tareas básicas de aseo personal. Por este motivo, los cuidadores deben respetar cuidadosamente la privacidad y la dignidad de sus pacientes al brindar apoyo y al discutir su condición con otros.
4. No proporcionar un ambiente seguro. Como mencionábamos anteriormente, estas personas pueden ser más propensas a lesiones y caídas fortuitas debido a su situación. Hay que proporcionar un entorno agradable y seguro de manera que se dejen a un lado los posibles peligros potenciales teniendo en cuenta siempre que el individuo tenga acceso a todas las áreas de la casa.
5. No involucrar al paciente en la planificación del cuidado. Es importante que las personas con movilidad reducida tengan un papel activo en la planificación de sus rutinas, por lo que ha de existir una reciprocidad activa con sus asistentes personales.
En conclusión, los cuidadores juegan un papel activo en este proceso, pero deben estar al tanto de cualquier descuido que puedan cometer. Con su trabajo pueden ayudar a mejorar considerablemente la calidad de vida de este colectivo, aunque teniendo en cuenta que cada persona es única y requerirá un enfoque individualizado en su asistencia.