Cómo trasladar a una persona con movilidad reducida

Las personas con movilidad reducida requieren de ciertos cuidados y precauciones especiales a la hora de ser trasladadas de un lugar a otro. Por este motivo, es muy importante seguir una serie de pasos para trasladar a estos pacientes de manera segura y sin causarle ningún tipo de lesión.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que las personas con menor movilidad pueden tener diferentes grados de discapacidad, por lo que es necesario adaptar las técnicas de traslado a cada caso particular. Algunas personas pueden necesitar ayuda para sentarse o levantarse, mientras que otras pueden necesitar solo ayuda para moverse de un lugar a otro.

En general, existen dos formas principales de trasladar a estos pacientes: mediante el uso de dispositivos de ayuda, como grúas o sillas de ruedas, o mediante técnicas de transferencia manuales. Si se va a utilizar una grúa o un dispositivo similar, se deben seguir las instrucciones del fabricante y asegurarse de que se use de manera adecuada. También es fundamental que el usuario que va a ser trasladada esté cómodo y seguro, sin que el dispositivo le cause ningún tipo de lesión.

En caso de que se vaya a realizar una transferencia manual, hay que garantizar la seguridad de ambos, tanto de la persona con movilidad reducida como de aquella que va a efectuar el traslado. El procedimiento más recomendable se basa en:

1. Colocar al paciente en una posición cómoda: Antes de realizar la transferencia, es importante asegurarse de que cómodo y seguro. Si es necesario, se puede utilizar una almohada o cojín para mejorar su postura.

2. Ajustar la altura: La altura del asiento o la superficie a la que se va a trasladar tiene que ser adecuada para facilitar la transferencia. Incluso, se puede utilizar una silla de ruedas o una grúa para ello.

3. Ajustar la posición de las piernas: Si la persona con movilidad reducida tiene problemas de equilibrio o estabilidad se pueden utilizar cojines o almohadas para mantener las piernas en una posición estable.

4. Realizar la transferencia: Una vez que se han tomado todas las medidas de precaución, se puede proceder a realizar la transferencia. Es fundamental que el paciente tenga una buena postura, con las rodillas ligeramente flexionadas y la espalda recta. También se debe realizar el traslado de manera suave y controlada, evitando movimientos bruscos o violentos.

5. Colocar al paciente en una posición cómoda: Una vez efectuada la transferencia, debe asegurarse de que la persona con movilidad reducida esté cómoda y segura en su nueva posición.

Aun teniendo en cuenta todos estos pasos, es recomendable que estos movimientos los realice una persona preparada para ello o con suficiente autonomía para poder ayudar a la persona en cuestión. De esta manera evitaremos perjudicar el proceso.