¿Hay vida después del ictus?

La pregunta con la que titulamos este post se la repitan una y otra vez quienes, de manera inesperada, sufren un episodio de estas características y que muchos ya catalogan, junto con el infarto y otras dolencias cardíacas, como uno de los problemas de salud principales de este siglo XXI. En este artículo no vamos a profundizar en lo que es un ictus, ni tampoco vamos a decirte cómo reconocerlo. Lo que vamos a hacer es hablarte sobre cómo afrontarlo una vez que ocurre y cómo podemos nosotros ayudarte a que la persona que lo haya sufrido disfrute de una mejor calidad de vida. ¡Toma nota de todas las ayudas técnicas que te proponemos!

Sufrir un ictus, también llamado derrame cerebral o infarto cerebral- está a la orden del día.

Una vez que ocurre un ictus, recuperarse ya va a depender de varios factores como, por ejemplo, el tiempo en el que se logre restablecer el riego sanguíneo y el estado de salud previo. Si bien es cierto que hay pacientes que sufren un ictus de carácter transitorio, un elevado porcentaje sufre secuelas con las que tendrá que aprender a vivir durante un tiempo.

Una de las cuestiones fundamentales a tener en cuenta una vez que el paciente aquejado de un ictus sale del centro hospitalario es que éste va a necesitar de ayuda para afrontar su día a día.

Valerse por uno mismo, la gran preocupación

Ser capaz de vivir de manera independiente, sin necesitar la ayuda de nadie, es una de las principales preocupaciones de todo el que sufre una embolia cerebral. En ocasiones, una vez que el ictus tiene lugar permanecen algunas incapacidades y dificultades a la hora de realizar tareas que eran habituales en la vida cotidiana.

En un elevado porcentaje de los casos, las personas que han sufrido un ictus encuentran más de una dificultad en muchas actividades que antes eran sencillas como caminar, ducharse, ir al baño o vestirse.

Preocupados por estas situaciones –que terminan afectando incluso psicológicamente a quienes han padecido un derrame cerebral- y empujados por muchos familiares que acuden a nosotros desorientados ante esta nueva situación, hemos elaborado una mini-guía de ayudas materiales con la que esperamos aportar nuestro granito de arena al día a día de familiares y pacientes de esta enfermedad cerebrovascular. ¡Tomad buena nota!

1.- La movilidad, el principal problema

Las dificultades para moverse son de lo más frecuentes cuando una persona sufre un ictus cerebral. Incluso después de llevar a cabo la rehabilitación, algunas personas pueden presentar algún problema que otro al caminar o mantener el equilibrio. Para solucionarlo, o al menos mejorarlo, en Queraltó tenemos una amplia variedad de artículos que pueden ser de gran utilidad como pueden ser las sillas de ruedas plegables.

Los bastones constituyen una ayuda importante para las personas que tras el ictus pueden caminar, aunque con dificultad. En el mercado existe una amplia variedad: desde los bastones de madera hasta los sencillos bastones ortopédicos hechos con aluminio. Desde Queraltó te recomendamos que, para evitar el cansancio lógico de las personas aquejadas por un derrame cerebral a la hora de salir a la calle, escojas un bastón con asiento plegable, ya que, además de contar con un mango anatómico que permite agarrarlo más fácilmente que un bastón habitual, cuenta con un asiento que posibilita a la persona descansar en cualquier momento.  

Algo más seguros que los bastones, son los andadores para personas mayores, que permiten una mayor estabilidad y seguridad a la hora de dar el paso. Los hay fijos o con ruedas, de aluminio o de acero; lo importante es escoger el modelo que mejor se adapte a las necesidades del paciente y a otros factores no menos importantes como la superficie en la que se van a emplear. ¿Lo fundamental? Adquirir el andador adecuado para evitar caídas que puedan detener la recuperación o agravar su estado.

Algunas personas necesitan una silla de ruedas durante los primeros meses después de haber sufrido el ictus. Aunque existen muchos modelos en el mercado, te recomendamos que, antes de comprar una, nos preguntes sobre los diseños que ayudan a las personas que han padecido un derrame cerebral. Desde Queraltó siempre aconsejamos comprar una silla de ruedas lo más ligera posible y plegable, para que pueda moverse con agilidad y guardarse en cualquier lugar de la casa sin dificultad.

2.- Dificultades extremas de movilidad

Hay personas que tras sufrir un ictus tienen que pasar una larga temporada postradas en la cama o sentadas en un sillón. Para ellas, recomendamos el uso de colchones o cojines antiescaras. Son la mejor solución para evitar las llamadas escaras o úlceras por presión, que terminarían dificultando la recuperación del paciente.

3.- Fundamental, la rehabilitación

La rehabilitación es fundamental para aquellos pacientes que han sufrido un ictus. Poder acudir a un gimnasio donde hacer ejercicios suaves o contar con un rehabilitador puede complementarse con un pedalier, ideal para ejercicios para hacer en casa. Este aparato de ejercicio permite hacer suaves ejercicios de piernas y de brazos. Comprar un pedalier es barato y tiene un efecto muy positivo en personas que necesitan ejercitarse.

4.- ¿Y qué pasa en casa y en la vida diaria?

Hay muchas ayudas materiales que pueden mejorar el día a día. Especial cuidado hay que tener en el baño, normalmente de pequeño tamaño y que puede ocasionar algún que otro accidente. En el baño de una persona que ha sufrido un ictus no pueden faltar, al menos durante los primeros tiempos, ni sillas para el baño ni un elevador ortopédico para el inodoro. Garantizan la seguridad del paciente, a la vez que facilitan la labor al cuidador.

Junto a estas herramientas, hay muchas otras para ayudar al paciente a vestirse, a comer, etc., que desde Queraltó te recomendamos consultar y que seguro te serán de gran utilidad. ¡Esperamos haberte ayudado!

¡Recuerda que en Queraltó siempre estamos preocupados por tu salud!