Cómo funciona un desfibrilador y quién lo puede usar

Seguro que has visto alguna vez este aparato médico instalado en lugares públicos con el fin de actuar ante una emergencia sanitaria, pero ¿te has preguntado cómo funciona? Un desfibrilador es básicamente un dispositivo que se utiliza para tratar una arritmia cardíaca potencialmente mortal conocida como fibrilación ventricular. Esta condición ocurre cuando los impulsos eléctricos que controlan los latidos del corazón se vuelven caóticos y el corazón deja de latir de manera efectiva. Si no se trata de inmediato, la fibrilación ventricular puede provocar incluso la muerte en cuestión de minutos.

Un desfibrilador funciona emitiendo una descarga eléctrica controlada a través del pecho del paciente, lo que ayuda a restablecer el ritmo cardíaco normal. El proceso comienza con la colocación de dos parches adhesivos en el pecho del paciente, uno en la parte superior derecha y otro en la parte inferior izquierda. Los parches están conectados a cables que transmiten información sobre el ritmo cardíaco del paciente al desfibrilador.

El dispositivo analiza la información del ritmo cardíaco del paciente para determinar si es necesario proporcionar una descarga. Si es así, el desfibrilador emitirá una descarga de corriente eléctrica a través de los parches sobre el pecho del paciente. Esta acción tiene como objetivo reiniciar el ritmo cardíaco normal y detener la fibrilación ventricular.

Los desfibriladores se encuentran ya en muchos lugares públicos, como aeropuertos, estaciones de tren, centros comerciales y estadios deportivos. Sin embargo, ¿cualquiera de nosotros puede usarlo?

¿Puedo usar un desfibrilador sin ser un profesional sanitario?

Cualquier persona puede usar un desfibrilador, incluso sin experiencia médica previa. De hecho, los desfibriladores externos automáticos (DEA) están diseñados específicamente para ser utilizados por personas no profesionales, como miembros del público en general o personal de seguridad en lugares públicos.

Los DEA son dispositivos seguros y fáciles de usar, ya que tienen instrucciones paso a paso y voz grabada para guiar al usuario durante todo el proceso. Además, están preparados para analizar automáticamente el ritmo cardíaco del paciente y determinar si se necesita una descarga eléctrica.

Si alguien experimenta síntomas de una posible arritmia cardíaca, como dolor en el pecho, falta de aliento o desmayos, es importante llamar inmediatamente al número de emergencia local y utilizar un desfibrilador si está disponible. Eso sí, hay que tener en cuenta que los desfibriladores no son efectivos en casos de paro cardíaco causado por asfixia o ahogamiento. En estos casos, se necesita un enfoque diferente de tratamiento, como la reanimación cardiopulmonar (RCP). Por lo tanto, conviene evaluar la situación previamente.

El uso de desfibriladores puede ser crítico en situaciones de emergencia, ya que puede salvar vidas. El tiempo es un factor clave y el uso inmediato de un desfibrilador puede aumentar significativamente las posibilidades de supervivencia.